Cápsula Del Tiempo De Lo Que Habita En Una Mente... (O el lóbulo izquierdo cuando está beodo de sentires...que es más o menos lo mismo)

Él y yo

Se supone que tengo que sentir algo más que esto (?) La dulce melancolía es el fruto de una noche trasnochada junto a su tibio cuerpo y el olor de su piel. Más allá de pensar y no pensar de a ratos, dos memorias me quedan: El instante en que me besó por primera vez y la despedida. Un “nos vemos” de implícita ceguera, como si los dos hubiésemos querido algo más… pero no daba, por todo lo hablado antes. Entonces, ¿Todo lo que charlamos en la cama, sobre nosotros; fue otro hueco en el que nos escondimos? Seguiremos sangrando y haciendo como que nada pasa. No es el uno la herida del otro, estamos rotos por otras cosas que nos exceden, de las cuales ya ni siquiera sabemos si tienen solución o salida. Afuera la tarde se cae… y este viento que no deja de soplar ¿Qué querrá llevarse? Ya no importa mañana, cómo fue que dejó de importarme. Hasta hoy, a él mañana le importa demasiado, no quiere darse el lujo de no pensar, la mejor anestesia sigue siendo salir por los recuerdos felices. Lo miro y sé que está tan lejos como cerca, algo es inédito de uno en el otro, pero eso no es suficiente por el momento.
Prometo y no cumplo. No puedo con él. Digo y hago otra cosa todo el tiempo. Lo que digo es lo que debería, pero no tiene la fuerza suficiente. Al final logro lo que quiero, al final el hace lo que quiere… Sí, no puedo decir, aunque se arrepienta, que lo obligué, o que tengo la culpa. Tampoco puedo decir que fuimos libres por un instante, tampoco que pude oler otra piel en la suya, a pesar de saber que está ahí. Carecemos de lo mismo, padecemos de lo mismo: El círculo de ignorancia ya es demasiado enorme, ya no sabemos que se supone que debiéramos hacer para lograr la perfección. Lo adquirido por deseo se opone al amasamiento social, cultural, educativo. Demasiado tomar conciencia de cómo son las cosas, saber como debieran ser y seguir sintiendo lo mismo que hace… ¿Cuánto? La respuesta siempre es “demasiado”. Tal vez nunca supimos amar. Tal vez no sabemos que es. Tal vez logramos amar y el dolor es mayor. Donde no hay amor hay miedo. Estamos aterrados. Sabemos. Sabemos que eso no cambia lo que se siente. ¿Preferiríamos la felicidad de la ignorancia? No hay mentiras. La verdad duele. ¿Nos va a hacer libres? Otro mito cae a tierra. Cerramos los ojos por voluntad. Ya sabemos lo que va a pasar. Entonces… es preferible ni siquiera empezar (¿?)
Nunca dije que me gustara la idea. Lo acepto, te acepto.

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Esto no es un diario ni un semanal ni un mensual… Es una recopilación de lo que habita en un cerebro, en este caso el mío.