Ataque a la defensa

No, soy yo. Es así. Entré en pleno episodio de pánico fruto de la ansiedad que me causa la idea. Entonces tengo que saberlo YA. No puedo esperar. Antes era peor. Era capaz de cometer terrible errores por eso, verbigracia preguntar directamente si mi loca idea era cierta, como: ¿Vos, sos un sicótico no diagnosticado? Como si un sicótico no diagnosticado pudiera responder a semejante pregunta. En este estado la paciencia no existe, sólo existe sacarse esa idea de la cabeza, que seguramente no tiene fundamento, por medio de cualquier solución, así sea la lectura de la borra del café o consultar a un profesional o preguntarle a una amiga, que tenía una amiga de un amigo al que le pasó algo parecido.
Sí, antes era mucho peor. Pero ahora puedo escribirlo y a medida que las palabras son vistas por mis ojos, y releo un poco, la presión va quedando en la letra, y me relajo un poco.
La idea se diluye, la idea de que todos en mayor o menor medida están locos, y le tengo miedo a la locura, a la falta de control, a la manipulación enferma, a esa parte en mí misma que me afectó tanto tiempo y me exigió ser perfecta en todos los aspectos.
Esta idea de que en realidad ser “existencialista” es no estar diagnosticado, y que estar “diagnosticado” es cargar las tintas contra una postura que no es tan dañina como saberse “enfermo”. No me siento la persona más sana psíquicamente, tampoco me siento enferma. Antes sí me sentía enferma. No, mejor dicho: antes todo me hacía sentir enferma, es como lo de ser obeso: no es que te odies tanto, te terminás aborreciendo con la desaprobación circundante y terminás por ser “enfermo” y la profecía se cumple.
Y la ansiedad a veces parece un tipo de enfermedad, esa que nadie admite tener, y yo admito que desde que reconozco que tengo ataques de ansiedad, la paso mejor y salgo más rápido. ¿Será otra auto profecia?