Cápsula Del Tiempo De Lo Que Habita En Una Mente... (O el lóbulo izquierdo cuando está beodo de sentires...que es más o menos lo mismo)

Conciencia del corazón

De a ratos, aún hoy, suelo pensar que él es posiblemente el amor de mí vida. Sonrío al pensar y me dejo ir por eso que siento, que creo. Vuelo (?). Ciertos enamoramientos perduran a pesar de ciertas cosas y me siento obtusa. A veces se me da por seguir creyendo que es posible y en esos momentos me siento perfectamente bien. Es cuando lo real de la verdad parcial me golpea las sienes que la tristeza me llena los pulmones y él se me cierra el pecho: este corazón cabalga sin detenerse a razonar y empiezo a pensar que no aprendí lo suficiente como para prevenir una patología coronaria fruto de excesos físicos y emocionales.

Una vez, cuando varios de mis familiares fallecieron del corazón, con honda angustia, pensé que mi madre moriría seguramente de eso. Hoy una cierta alegría se expresa en mí al saber que posiblemente yo sepa entender desde adentro de que se trata sufrir del corazón y que en él residan los riesgos y no en otro tipo de debilidades físicas. Si quisiera morirme de algo es de que el corazón pare de latir de un momento a otro y en lo posible que sea durmiendo como mi tío y abuelos maternos. Tener este corazón implica sufrir melodramas que a veces no parecen tener sentido ni razón, experimentar los latidos a cualquier hora, expresar un ahogo extraño que no viene de la cerrazón de las vías respiratorias, anochecer o amanecer sintiendo por horas el corazón en la boca sin haber corrido y sin que el reposo logre calmarlo. Querer y no entender al centro de uno, que alimenta a todo en uno, tratar de razonar con él, intentar llegar al meollo del asunto que lo puso como está, así, cabalgando en medio del silencio, la penumbra.

Últimamente creí entender que eso que le pasaba a mis latidos era fruto de cómo me tomaba las cosas, ahora creo que mi corazón toma sus propias decisiones y entiende por mí cosas que yo no logro entender o mejor dicho cosas que me resisto a comprender.

Mi corazón es todo lo que me mantiene viva, no porque sea cierto o yo lo diga, sino porque se hace notar. Si no fuera por eso, no sé si yo lo tendría tan en cuenta en estos momentos.
Mi corazón late a pesar mío muchas veces y aunque he deseado, más de una vez, que dejara de latir, el siguió adelante firme y rítmico mientras yo querían dejar de soñar y respirar y despertar.
Cuando escuchaba que “no se razona con el corazón” creía entender y ahora creo comprender físicamente de que se trata. No es solamente la locura de la sinrazón sino la rebeldía del cuerpo que decide sentir lo que el resto no puede o no se anima.

Sigo creyendo que él es el posible futuro amor de mí vida, mi corazón necesita seguir necesitándolo, él es más feliz que yo cuando lo piensa, cuando piensa en su amor posible, en la ilusión. Mi corazón lo busca y los espera hasta que pueda dejar de hacerlo y conociéndolo como estoy aprendiendo a conocerlo es mejor dejarlo cabalgar con alegría en lo que no parece real para mí para que siga viviendo. Porque si mi corazón no vive yo no sobreviviría el intento de querer vivir.

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Esto no es un diario ni un semanal ni un mensual… Es una recopilación de lo que habita en un cerebro, en este caso el mío.