Cápsula Del Tiempo De Lo Que Habita En Una Mente... (O el lóbulo izquierdo cuando está beodo de sentires...que es más o menos lo mismo)

Lenguaje: escrito y oral

Las palabras dicen buscar, buscan encontrar, y ocultan a veces lo deseado; pero la mayoría del tiempo muestran entre líneas, como los silencios en la música, que la omisión es parte del decir, como los gestos y las miradas.
Actos fallidos, son hechos indeseables, inadmisibles; deslices del inconsciente que intentan aflorar y no les es permitido y es de allí de donde toman su fuerza, su ímpetu.
Los tonos son la ráfaga de colores que empapan el texto más allá del significado de los términos de una oración, intrínsecos, cargan las tintas o las decoloran hasta casi el olvido.
La tibieza, decía alguien, es intolerable; es preferible un gélido gesto, un arranque abrupto, a la nada de una tibia demostración. Debe ser por eso que la pasión se mide en términos de temperatura muchas veces.
Dependiendo de la personalidad, lo que suele molestar más son dos cosas:
—Que el otro se de cuenta de lo que queremos ocultar detrás de las palabras.
—Ser mal interpretados por las palabras que decimos.
Una de las cosas más difícil de lograr a la hora de escribir es reflejar el habla coloquial o las conversaciones orales como si se fuera partícipe de ellas, en general porque los códigos que manejamos a nivel verbal difieren bastante de los usados al escribir. Es ese paso intermedio el que falta en la oralidad, esa preelaboración que está presente aunque escribamos un pequeño texto “sin pensar”

Reaccionar a un texto implica sentir, y ese sentir a veces es admisible y a veces causa reacciones encontradas con la educación; con las normas internas, los valores; con los límites de lo que se quiere dar a conocer de uno mismo. Responder implica pasar todo eso por un filtro, y a la vez, decantar la respuesta de manera de ser entendida, entonces entran en juego las competencias particulares que a veces no están compartidas con quien lee dicha respuesta.
¿complejo, no?
Para mi es como ver volar un avión o quedarse mirando un reloj: comprender el mecanismo que lo hace funcionar, no le quita cierta magia, cierta sensación de incertidumbre, cierta pregunta eterna que retorna una y otra vez a lo mismo ¿Cómo es posible?

Por último, un escritor escenifica, en general, partes aisladas de una historia, momentos relevantes. Muchas veces escuché, que contar lo que pasa después del “vivieron felices” no tendría la menor gracia. En general dramatizar está en la escritura, como una extensión natural, y mucha gente pretende encontrar eso cuando se charla, y algunas de las diferencias se encuentran en lo antes dicho. Lo cual no significa que algunos no tengan una visión dramática de la vida…lo cual no significa que se vea un drama en todo, o de todo se haga un drama.
Un texto pequeño son minutos, u horas que pasan como minutos; y el resto son días, o días que parecen meses, corrigiendo con toda la lógica de la que se es capaz. Dos mentes están a la par, sin interferirse, sin otra crisis más que cuando la palabra interfiere entre uno y ese otro (objeto-sujeto de deseo) que ladea la cabeza y no alcanza a explicar, específicamente, que…que es lo que está pasando, que es lo que ve cuando nos mira

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Esto no es un diario ni un semanal ni un mensual… Es una recopilación de lo que habita en un cerebro, en este caso el mío.